El presidente electo Donald Trump ha declarado en diversas ocasiones, desde su primera conferencia de prensa después de las elecciones, que las compañías farmacéuticas funcionan con los precios de los medicamentos demasiado elevados. Añadiendo que esta industria tiene mucho poder, lo que se refleja en su gran cantidad de lobbies y en la reducida oferta de fármacos. En su estilo directo se refirió con frases explícitas al asunto. Puntualizó que "Somos el mayor comprador de drogas del mundo y, sin embargo, no hacemos una oferta adecuada". Además, en una reunión con ejecutivos de compañías farmacéuticas, Donald Trump afirmó: "Las compañías farmacéuticas estadounidenses han producido resultados extraordinarios para nuestro país, pero los precios han sido astronómicos para nuestro país". Agrega que: "Para Medicare, para Medicaid, tenemos que bajar los precios". Estos son los servicios de cobertura de seguros y salud, administrados por el Gobierno de Estados Unidos, para la población necesitada.
Aún sin especificar alguna medida concreta, Trump ha lanzado variadas ideas para lograr su propósito, como la reducción de impuestos, la disminución en las regulaciones de la FDA para acelerar la aprobación de medicamentos, el traslado físico de las empresas productoras de medicamentos a territorio de Estados Unidos lo que significaría la creación de nuevos puestos de trabajo en el país.
Aprovechando las plataformas de red, hace pocos días Donald Trump escribió el siguiente tweet: "Estoy trabajando en un nuevo sistema donde habrá competencia en la industria farmacéutica. ¡El precio para el Pueblo Americano disminuirá!".
Todas estas ideas presuponen un profundo cambio en leyes y regulaciones que involucra a diferentes actores, desde la industria farmacéutica hasta las instituciones administrativas y legislativas de Estados Unidos.
Lo único cierto actualmente, es que las compañías farmacéuticas ganan muchísimos millones de dinero en todo el mundo.
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